30.5.06

MEDIA HORA

Uno de los momentos felices del día es la media hora larga que tengo desde casa hasta el curro, es un rato de libertad total, libertad mental, se entiende, porque mi cuerpo tiene que hacerse cargo del volante y los cambios de marcha para que los antipáticos de atrás no me amarguen el comienzo del día pitándome por arrancar un nanosegundo más tarde de lo debido.

Es media hora de estar sola, escuchar la radio, poner mi música favorita (adoro los altavoces de mi coche nuevo), pensar en las musarañas o, lo mejor de todo, mirar el paisaje.

Que no, no soy tan burra, cuando conduzco miro la carretera, el paisaje lo miro en los atascos.

Yo no se lo que pasa, el resto del día no hay nada más allá del siguiente semáforo, pero por las mañanas alguien pone en marcha el paisaje, y hay campos, y casas, y nubes, y molinos de viento, y puentes, y ríos, y gente en bicicleta, y estatuas, y sobre todo, hay cielo.

Pues que tonta, cielo hay siempre, diréis.

No, Error, sólo hay cielo a primera hora de la mañana, o al menos yo solo lo veo a esa hora, y me chifla, me da lo mismo que sea azul claro de mañana fresquita, o cian de calor abrasador, o negro de madrugada de invierno, o blanco de nubes de algodón, o gris amenaza de lluvia, o panza de burro pronóstico de nieve.

Pero el mejor es el rosa, el cielo rosa y naranja de Sol filtrándose entre nubes de distintos grosores.

Esos días, rezo porque el atasco dure un poco más.

4 comentarios:

gianis dijo...

me gusta el cielo negro de tormenta, con tornados elevando a las vacas de sus tranquilos pastos y furgonetas de reparto volando como hojas muertas

PRIMAVERITIS dijo...

Y niños siendo absorvidos del refugio excavado en tierra mientras su mamá les agarra desesperadamente del tobillo y acaba quedándose con el zapatito infantil en la mano mientras a lo lejos se ve el cono del tornado en un fundido en negro....

Anyeloso dijo...

Aunque suela estresar, a mí también me relaja conducir. Más que pasear por ejemplo. Y si es con el aire acondicionado a tope en un día de 40º disfrutando del azul inigualable de un día despejado, pues mucho mejor.

Anónimo dijo...

a mi tambien me enferman esos que te tocan la bocina porque no arrancaste y el semáforo todavia está en amarillo... mi hermano me dió una idea... cuando empiezen con las bocinas parar la moto y hacer como que no puedo arrancarla, lograrlo justo cuando se está por poner en rojo y pasar asi dejar al de atras esperando otra vez el verde... no sé, me parece medio maligno de mi parte, pero un dia de estas me agarran en plena locura y lo hago jejejeej..
un beso