21.3.06

BUSCO CURRO

Pero quién inventaría las selecciones de personal? La horca, la silla eléctrica, el despellejamiento, la horca otra vez..... Evidentemente, estoy buscando curro. La situación ya es lo bastante estresante de por sí, o estás en el paro, jodida y sin un duro, o hasta el gorro de tu curro ,jodida y encima trabajando, así que lo único que se te ocurre en ese estado de debilidad mental es buscarte otro curro para que un jefe al que todavía no conoces continúe jodiéndote. Hasta ahí todo controlado, con lo que no cuentas es con el JODIDO proceso de selección ( no estamos en horario infantil no?) Me salto la crisis de poner tu vida en un papel tan decisivo como un currículum, que es un tema que se merece todo un post para sí mismo, y además a estas alturas lo tengo hecho ya de las últimas diez selecciones. Así que, cuando decides que cualquier cosa desconocida es mejor que tu vida actual, comienzas por leer miles de periódicos, páginas web, ir a todas las bolsas de empleo de la ciudad y dejar tu cv hasta en las papeleras, no sea que alguien mire y te ofrezca algo, (y si no sabes que cv = currículum es que no has pasado por esto y no lo vas a entender) Un mínimo de tres semanas de nervios después y ya con tu autoconfianza por los suelos y el estómago deshecho, sin previo aviso y en el peor momento, a ser posible en medio de una reunión con tu jefe, te llaman para una entrevista ¡¡¡¡Uaú!!!!! Empieza la maratón. Suponiendo que sepas para qué puesto de los doce mil que has solicitado te están llamando, empiezas por empollarte todo lo que pillas de la empresa y repasándote hasta el último apunte de la carrera no sea que te hagan una prueba técnica, te compras ropa decente, te la pones echando una mirada resignada a los vaqueros y las botas, y te pintas los labios no sea que te entreviste un tío y haya que gustarle, inversión general, unos 100 euros y un millón de horas y energía. Llegas al sitio con una hora de tiempo no sea que no lo encuentres ¿por qué todas las vacantes salen en polígonos a 15 kilómetros de la ciudad?, así que aprovechas el tiempo para repintarte los labios y repasar todos los apuntes que te has llevado echando miradas al reloj por si acaso. Llega la hora, te vuelves a pintar los labios que te has vuelto a comer con los nervios y ¡Allá vamos! Diez metros separan tu realidad angustiada de la imagen de autoconfianza y eficacia que necesitas mostrar. Nada más entrar empiezan los problemas, te pasan a una sala de espera inhóspita y en la que siempre sospechas que hay cámaras estudiando hasta el último de tus movimientos así que te sientas muy formalita procurando no volver a comerte el carmín Un cuarto de hora después tienes agujetas en las piernas, se te ha olvidado todo lo repasado, has descubierto diez agujeros en los que ocultar cámara y te has comido todo el carmín. Y allí no aparece nadie. Otro cuarto de hora después y una vez perdido hasta el más leve rastro de tu autoconfianza por fin aparece una niña muy simpática sin el más leve rastro de remordimiento por la tardanza que te planta delante 24 folios de test de personalidad y, por supuesto, ni una sola prueba de todo lo que has repasado, Genial! Tres, si, Tres minutos después se te presenta el entrevistador, por supuesto no has llegado ni al segundo folio de los test de personalidad y se te ha olvidado ya todo lo que traías preparado para contarle, es más tienes una angustiosa sensación de culpabilidad por no haber acabado la tarea a tiempo, ¿Tenía límite de tiempo? No me lo ha dicho nadie... ¿me dejarán luego terminarlo? ¿es vital?, ¿por qué he estado retorciéndome el pelo? Y llega la que se supone es la parte central de la entrevista, aunque solo sea por la edad del que tienes delante ¿por qué siempre los test te los trae una chiquilla de 18 años? Y por su traje impoluto, ¿qué pasa, que a él no le han hecho hacer test? Y la susodicha parte central dura, más o menos 24 segundo, te llamas tal, has trabajado en tal sitio, gracias, ya te llamaremos, ¿QUÉ???? Y ya está? Claro que, si lo piensas bien, casi es mejor esta falta de atención que las entrevistas tipo, “mejor continuamos en ingles vale?” o “¿Podrías calcularme aproximadamente la velocidad a la que un asteroide llega a la Luna partiendo de Marte si el Sol está en cuarto menguante?, no te preocupes, con tres decimales bastará, o la horrorosa pregunta de ¿dónde te ves dentro de diez años? Pues oiga, aquí respondiendo otra vez toda esta sarta de preguntas estúpidas. Dos semanas después todavía no sabes nada de ellos, ni de la empresa, ni de lo que has hecho mal.

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