CATALEJO

Me han fascinado siempre las películas de piratas, en concreto esa imagen del capitán en la borda, asomado a la barandilla al borde del mar, con un catalejo pegado al ojo y gritando ¡tierra a la vista! o ¡enemigo a babor! o cualquier otra frase de esas tan marítimas y que tan bien ambienta Perez Reverte.

No se exactamente si lo que me fascina es el barco, el mar, el capitán, especialmente si es russel crowe, o el catalejo propiamente.

Hoy me siento como el capitán de una nave algo escorada y que hace aguas por una vía, estoy luchando por llevarla a puerto y me sitúo a proa para mirar por mi catalejo de concha y nacar

Todo se vuelve negro alrededor y mi mirada se concentra en el infinito, allí donde hay cosas que nadie más ve, olvido lo que me rodea, me aíslo y me concentro en ese círculo mágico que me permite ver lo escondido, anticipar el futuro, aislarme de las vías de agua y los gritos de los tripulantes

Y al final de ese círculo está siempre él, con su pelo rubio, sus ojos azules, su blanca piel curtida y arrugada por el sol, y su sonrisa.

Y aunque nadie más pueda verlo yo me concentro en esa imagen, me dicen que no existe porque no lo ven, pero yo se que llegaré

Y a los arrecifes del camino, que les den por ahí, si no los veo, no existen.