OTOÑO

No se si os he comentado alguna vez una peculiaridad mía con respecto al tiempo, al cronológico que con el metereológico no tengo tantos problemas, me achicharro y congelo como todo hijo de vecino.
Mi peculiaridad-temporal es que suelo vivir con unos meses de adelanto, esto tiene sus ventajas, por ejemplo, a lo que llega mi cumpleaños siempre me pilla por sorpresa, ¿solo veintidoce? pues que bien, hombre! porque en mi carrera por delante del calendario yo ya llevo unos meses adjudicándome la edad que me toca cumplir así que si me preguntas dos meses antes lo más probable es que me equivoque y te diga que tengo un año más de la cuenta,
Lo malo es que me adelanto también a lo que me jode, así que aquí me tenéis, a siete de agosto y con una depre otoñal que te cagas, para mi ya se ha acabado el verano y la parte buena del año y empiezo a vivir el horrible período de frío, niebla, oscuridad y sin una guarida confortable para hibernar y soltar tacos, que el frío me vuelve muy malhablada.
O a lo peor es la crisis de los cuarenta, es un poco pronto pero considerando mi desviación lógico-temporal, pues igual es eso.