MOTIVOS
Creo que ya os he contado alguna vez que mi vida se divide en etapas de aproximadamente unos diez años, ahora tengo la clarísima sensación de estar cambiando de etapa pero no llego a concretar muy bien donde está la diferencia.
Vale que he cambiado de curro, pero aunque sea importante, no es eso
Vale que casi he tomado la decisión de divorciarme, pero en realidad no se cuándo lo haré así que tampoco es eso.
Y en realidad empiezo a pensar que esta vez no es un cambio acerca de las cosas que hago, sino de por qué las hago.
Creo que hasta ahora siempre había hecho lo que era importante para la gente que quería, estudié la carrera que era importante para mi padre, me buscaba novios guapos que era lo importante para mis amigas, me casé como era importante para mi familia, tuve un hijo que era importante para mi marido ...... y así tanto en cosas grandes como pequeñas.
Y no quiero decir que haya hecho cosas que no quería, ni mucho menos que me arrepienta de ellas, pero probablemente no tomaba las decisiones por los motivos correctos, sin darme cuenta buscaba más agradar a la gente que es importante para mí más que agradarme a mí misma (y no malinterpretéis, algunas de esas cosas también las hubiera hecho por mi misma, simplemente hablo de motivos no de resultados)
Bueno, a lo que iba, creo que el cambio es que estoy empezando a ponerme por delante de los demás y a pensar qué es bueno para mi antes que qué es bueno para los que quiero, y aunque el resultado sea el mismo, el punto de vista cambia radicalmente.
2 comentarios:
Pues estoy de acuerdo contigo, chica. Para uno que lo vea desde fuera no habrá diferente, pero el enfoque desde dónde lo haces lo cambia todo muuuucho.
Yo quiero tomar decisiones que me acerquen a la persona que me gustaría ser, y también he hecho - y sigo haciendo todavía - un montón de cosas que agradaban en primer lugar a los demás. Y no es eso, oye.
Ale, suerte con la nueva etapa -década!
También de acuerdo, por supuesto.
Además, la gente a veces se queda en la superficie y no se da cuenta de que los sacrificios para complacer a los demás están muy bien, pero a los que no somos Santa Teresa de Calcuta, nos acaban pasando factura. En ese punto mucha gente desconecta, no quiere ver la relación entre esa entrega y su resultado de insatisfacción y frustración personal, y en un plis ya eres la mala de la película. Ojalá no te pase a ti, pero no sé si es inevitable en estas situaciones.
Por descontado, toda la suerte del mundo, galaxia, universo...
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