10.2.08

IRRESPONSABILIDAD HORMONAL


Hay verdades universales que todos aceptamos sin dudar, que las manzanas caen al suelo a falta de red que las pare, que los viejos se mueren, que si se cae un avión hay gente que la palma y que un hombre a la vista de una mujer guapa y con ganas de marcha sufre un subidón hormonal que lo hace irresponsable transitorio de sus actos.

Y no me vengáis ahora diciendo que los hombres deberían ser responsables porque con ese condicional ya andamos todos aceptando que no es verdad, supongo que entre los machos heteros sexualmente activos que me lean no habrá divergencias y andarán ya esbozando la sonrisa recordando la última vez que se acostaron con una diosa jurándole amor eterno y se despertaron..... bueno, con otra visión de la realidad, así que me voy a limitar a defender el principio ante las lectoras románticas apelando a comportamientos propios.

A ver muchacha, si tu te vas de bares con el escote puesto, las pinturas de guerra en la cara y un par de copas para facilitar la tarea, te entra un tío, le ríes las gracias, te dejas camelar y te vas con él a su guarida, ¿de verdad tienes confianza en que al día siguiente el sexo se haya convertido en amor eterno? ¿o más bién asumes la pérdida de un posible "pretendiente" a cambio de un polvo sin complicaciones? o vamos a verlo desde otro punto de vista, la sabiduría de las abuelas, ¿como era eso de no follar hasta el matrimonio porque los hombres van a lo que van y si les das lo que quieren se jodió la boda, y nunca mejor dicho?

Una vez estamos de acuerdo o algo así (asumo el chaparrón de comentarios iracundos), y asumimos la irresponsable ceguera masculina fruto del subidón hormonal vamos a mi tesis:

A las mujeres nos pasa lo mismo.

y no, no creáis que me refiero a acostarnos con un príncipe y levantarnos con un sapo, nuestro subidón hormonal no es el calentón del sábado, que algo de eso también hay no os creáis chicos, nuestro calentón es algo mucho más peligroso, el nuestro no dura un par de horas, el nuestro es de entre cinco y diez años, exactamente el tiempo que nos cuesta convencernos y convencer a un chaval de que el estado ideal del ser humano es el de pareja con churumbeles, vamos, desde que ligamos con el príncipe azul allá los veintipocos hasta que se nos baja el chute hormonal y nos despertamos con treintaitantos y uno o dos gajitos firmemente colgados del cuello. Ahí es donde el príncipe se convierte en sapo.

En realidad aunque ahora no lo tengáis tan claro, sobre todo si andáis en la fase del enamoramiento, es todo cuestión de hormonas, al hombre sus hormonas le dicen que tiene que tirarse YA a esa cierva prieta que le pone ojitos al otro lado de la barra y una vez que cumple con su cometido hormonal si te he visto no me acuerdo y estabas más buena anoche, y a las mujeres nuestro sistema hormonal nos dice que tenemos que casarnos YA con ese maromo solvente, sano y genéticamente bien dotado y una vez que cumplimos con nuestro mandato de elegir el mejor padre a mano para nuestros churumbeles, pues eso, que si te he visto no me acuerdo y que eras mucho más divertido y más solvente hace diez años.

Y al final, ese rollo de que ahora aguantamos menos, que si nos divorciamos, que si las parejas no duran más que siete años y todos los quebraderos de cabeza porque ya no le amo y ¡ay dios mío que voy a hacer ahora sola y madre en la vida! se reducen a confundir un subidón hormonal tras el cual llega el sentido común y la clarividencia con el amor para toda la vida (si es que tal cosa existe)

Después de todo la cierva no estaba tan buena, y el maromo era un desastre desde el principio, en vez de humillarlos es mucho más práctico ser educados, especialmente con el maromo que va a seguir pasando pensión para los gajitos el resto de su vida, y la próxima vez hacernos un análisis de niveles hormonales antes de tocar el cielo con la punta de los dedos no sea que acabemos con otro sapo y, lo que es mucho peor, con otro gajito gateando entre los pies.






10 comentarios:

Anónimo dijo...

Difiero, yo sí creo en el amor para toda la vida.
Una que es romántica o tiene demasiadas hormonas.

Un saludo.

Blas dijo...

Oye Prima no es que te quite la razón pero creo que estás un poco radical. Sobre todo para "las ellas" para ellos ya se sabe es que son así...

Eva dijo...

Pues yo estoy absolutamente de acuerdo contigo.
Nada que objetar a tu teoría.
Aunque me resisto, porque aún estoy dentro de esos 10 años de subidón hormonal que comentas, pero bajando (creo).
Saludos.
Eva.

Lucía dijo...

Yo espero que haya otra opción porque yo no quiero tener "gajitos" (nunca había oido esta palabra) así que no sé cuando me dará el bajón ...

GUANDARRRR dijo...

Ay primveritis... ya puedo salir con el chico más estupendo de la galaxia, que creo que he dejado de creer en el AMOR con mayúsculas. El caso es que a mi me entra el bajón hormonal de decir: "este no está chiflado por mi como antes, y como consecuencia de ello, yo tampoco de él" al cabo de X meses.
Necesito que me miren como el primer día. Me gusta el olor a nuevo, jo.
Eso si tengo suerte y el chico no es un gilipollas desde el segundo asalto. Aunque en ese caso me da bastante menos pena perder el "feeling".

Cora dijo...

Estoy de acuerdo contigo en parte. Coincido plenamente en que es ridículo pensar que una persona a la que hasta ayer no conocíamos de nada ha pasado a ser el amor de nuestra vida sólo porque hayamos pasado una noche intercambiando fluidos. Y también en que muchas veces en las rupturas se recrimina a la otra parte por defectos que no es que haya desarrollado de golpe por desquiciarnos, sino que estaban ahí y antes no hemos querido ver porque no nos convenía.

Pero tampoco creo que sea una simple cuestión hormonal, instinto de conquista o de reproducción. Me parece que a veces es simplemente que se supone que es lo que debemos hacer (enamorarnos, emparejarnos, reproducirnos), y nos han inculcado tanto el miedo a no ajustarnos a esas expectativas que tenemos que esperar a haberlo conseguido, relajarnos y respirar tranquilos para mirar alrededor y caer en la cuenta de que, al fin y al cabo, tal vez no era eso lo que queríamos. Y ahí llega la crisis, las recriminaciones y toda la pesca.

Uf, menuda parrafada te acabo de soltar, casi me salía más a cuenta escribir un post!

PRIMAVERITIS dijo...

Cora, totalmente de acuerdo, la imposición cultural es brutal, pero ya era bastante complicado explicarme como para aumentar las variables.

Anónimo dijo...

Ays, Prima, no te lo tomes a mal, pero estoy más de acuerdo con Cora que contigo, ;)

Blackberry dijo...

Uf, uf... añado más variables:
también ellos se enamoran, y también ellas quieren solo sexo casual... Si no, no habría parejas que llevan años juntas, ni polvos de una noche. Mmm... ¿no?

Aunque yo siempre he sido monógama creyente y de relaciones larguitas...Eso sí, en serie, una detrás de otra... así que no he descubierto el secreto del amor, ni del AMOR, ni de ná. Ni de lejos.

Una ignoranta, vamos.
Pero una romanticona también.
Qué le vamos a hacer.

Anónimo dijo...

Las hormonas son las hormonas. Y un calentón es un calentón, para las féminas y los hombres por igual. Y el sexo es sexo, y el amor es amor. No confundamos a un mosquito con un elefante...

La cuestión es: cuando el sexo (de una noche) ha salido bien... AHÍ es donde TODO se complica, y ya la hemos liao.

Un besito de una seguidora asidua que aún no tiene blog.