11.2.12

AZOTEAS

La primera vez que nos vimos me quedé con ganas de mas, al principio estaba nerviosa, llevábamos semanas chateando y pese a vivir en ciudades distintas se había creado una corriente de simpatía y complicidad, pero el primer café es siempre con un desconocido, además, habíamos hablado mucho de sexo y daba corte, a él también se le notaban los nervios, los dos hablábamos demasiado rápido, nos reíamos demasiado alto y nos movíamos demasiado. tuvimos poco rato, supongo que ninguno quería comprometerse en un primer encuentro por si las fotos no reflejaban la realidad, por si la magia del escrito se convertía en humo en el directo, pero la verdad es que nos fuimos tranquilizando y cuando se despidió, al ir a darle los dos besos, me bloqueó y me metió un morreo perfecto. Nos fuimos riéndonos los dos. Aún estuve unos días recordando su cuerpo delgado y fibroso, los músculos que se entreveían debajo del vaquero, sus miradas de reojo a mi escote....

Volvió a mi ciudad de repente, me llamó y me dijo: estoy aquí, pásate a tomar un café, tuvo suerte y podía, milagrosamente era uno de los pocos días que había ido a trabajar con vestido y zapatitos en vez de los vaqueros y las botas de costumbre, así que me cepillé los dientes y me planté en el café, esta vez ya mas tranquilos nos dimos los dos besos, nos tomamos el café y hablamos de tonterías mientras unas mariposillas se iban instalando en mi estómago y mis manos empezaban a chisporrotear de ganas de tocarle
Me dijo que si quería subir con el a la azotea, tenía que comprobar unas cosas por trabajo y es un edificio histórico, me apetecía ver la ciudad desde arriba así que le acompañé, también quería verlo trabajar, yo soy una intelectual y siempre me han llamado la atención los que trabajan con las manos...
Mientras el hacía nosequé en la caseta de la azotea estuve cotilleando las vistas, desde luego es difícil reconocer tu propia ciudad cuando la ves desde arriba, descubres casas con pistas de padel, con piscinas, con jardines, tejados medio rotos, patios de vecinos con ropa tendida.....
Estaba despistada y cuando me cogió de la cadera por detrás me asustó, me volví rápido muerta de risa y me tropecé con su boca que, desde luego, llevaba ya pensado lo que quería porque me atrapó sin dudarlo. Por lo visto mi cuerpo también había tomado sus decisiones al margen mío e instantáneamente me apreté contra él, se me arqueó la espalda y un enorme vacío se abrió entre mis piernas
Entre risas y tropezones me arrastró dentro de la caseta, me empujó contra una pared al resguardo del viento y me abrió el chaquetón, se quedó muy serio mirándome y empezó a pasear sus manos por mi cintura, por mi vientre, por mis caderas, parecía un ciego reconociendo una escultura, yo estaba inmóvil y tan seria como el, mi cuerpo se iba arqueando ligeramente al encuentro de sus manos, subió a mis pechos, tiro del vestido hacia abajo, se me cerraron los ojos y cuando noté su cara apoyándose en mi escote, su barba pinchando y su lengua atrapando los pezones me di cuenta de que estaba gimiendo y temblando
En algún lugar de mi mente chequeé que habíamos cerrado la puerta de acceso a la azotea y que el interior de la caseta no era visible desde los tejados vecinos, también recordé que iba bien depilada y que ya le había dicho hacía tiempo que mis tetas estaban operadas, ese rinconcito de mi cabeza me recordó que no lo conocía de nada pero el diablillo rojo le argumentó que era un tipo de otra ciudad, que las posibilidades de relación seria eran casi cero y que nos dejara en paz que el chaval lo estaba haciendo muy, muy, muy bien
Un leve estremecimiento de frío cuando mi chaquetón cayó al suelo me devolvió a la realidad y con sorpresa vi como mis manos estaban buceando debajo de su cazadora, colándose bajo su jersey y tocando unos abdominales duros, apenas recubiertos de una ligera capa de piel delgada y el punto justo de vello masculino.
Un estremecimiento viajó desde mi pubis llenando mi pecho y poniéndome los pezones aún mas duros mientras mi boca se lanzaba a por la suya, con hambre, con sed, con muchas ansias de sentir su lengua contra la mía, sus brazos apretándome y nuestros vientres chocando y frotándose
Se separó de mi y me dio la vuelta, me separó bruscamente de la pared y me empujó los omóplatos haciéndome inclinarme y agarrarme a los peldaños metálicos que sobresalían a un lado, no se si tenía la maniobra muy estudiada, es muy fuerte o, simplemente, tuvo suerte, porque consiguió colocarme como el quería sin que ninguno de los dos acabara rodando por el suelo, casi en la misma maniobra me levantó la falda y tiró de los pantys hacia abajo dejándome a la vez avergonzada, ridícula, inmovilizada y muy, muy excitada, noté que se agachaba y su barba frotándose entre mis nalgas duras e inestables por culpa de los tacones, sus brazos rodeando mis piernas y sus manos metiéndose entre mis muslos, suavemente, acariciando mis piernas, moviéndose entre la suave piel detrás de las rodillas y la aún mas sensible piel de los muslos,
mi espalda estaba ya arqueada hasta el límite, el culo alto, pidiendo guerra, los muslos temblando, la cabeza enterrada entre las manos sujetas a la escalera y el rinconcito sensato de la mente amordazado y maniatado por todos los diablillos y las mariposas que se habían hecho ya dueños y señores de mi cuerpo, desde la punta de los pies hasta el estremecido final de los pelos de todo el cuerpo
Entre jadeos tiró del tanga hacia abajo y metió su lengua entre mis nalgas, rodeando mi sexo que estaba ya palpitando, abriéndose, esperándole, vacío, vacío, vacío..... pasaba rozándome con los labios, con los dedos, con la lengua, mordisqueando, esquivándome, yo gemía y me desesperaba, empecé a murmurar métemela, métemela, por favor... métemela.... lo susurraba bajito, para mi.... mientras todo mi cuerpo se estremecía a su paso como las olas del mar
Se levantó pero con una mano en mi espalda impidió que me moviera, me lo dijo, te voy a follar, yo solo pude gemir, estate quieta, voy a ponerme un condón y ni se te ocurra moverte, por supuesto obedecí, de repente noté su sexo caliente y duro moviéndose entre mis piernas, paseándose por la raja de mi culo, me incorporé un poco, de la misma excitación y me dió un cachete que aún me excitó mas, ¡Quieta! me dijo mientras me mordía en el cuello dejándome inmovilizada, siguió perdiendo el tiempo rodeando mi sexo hasta que la vocecilla interior se fué convirtiendo en un grito ¡Metemela! ¡ya! métemela ya!!!!
- por favor, pídemelo por favor
- oh! Dios!! venga!! por favor!! por favor!!!! gimoteé
Noté como se apoyaba en la entrada y con un grito me penetró bruscamente, fácil, rápido, llenándome, presionando contra las paredes, contra el fondo, haciéndome retorcerme, balancear el culo, apretar mi vagina, gritar.
yo estaba empapada y él estaba enorme, mordiéndome en la espalda se agarró a una teta, bajó la otra mano hasta mi clítoris y apretó mientras por detrás empujaba con fuerza, una, dos, tres veces..... se fué separando de mi hasta que acabó cogiéndome solo de la cintura mientras el ritmo se iba haciendo más rápido y profundo, empujándome contra la pared y obligándome a moverme a su ritmo hasta que no pude más y exploté entre gritos y convulsiones, el también gritó y se derrumbó encima mío,
No podía con él y resbalamos los dos al suelo, de rodillas, aún unidos y temblorosos, empotrados contra la pared y horriblemente incómodos, pero sin poder movernos
A mi me dió la risa, el buen sexo siempre me produce esa reacción, afortunadamente el se contagió en vez de mosquearse como hacen muchos.
Alargó la mano para coger los chaquetones y ponerlos debajo nuestro mientras acomodaba la posición y se abrazaba a mi, y yo a el, hasta que se me pasaron los temblores, me besaba, me mordía y nos reíamos,
Aguantamos poco, entre otras cosas porque, pasada la excitación, empezamos a darnos cuenta de que hacía un frío de mil pares de narices
Cuando nos despedimos en su coche, los dos llevábamos una sonrisa pintada en la cara, los ojos brillantes y el andar tembloroso, se despidió con un beso en la boca y una caricia en el pecho izquierdo, aún volvió a colar la mano para pellizcarme el pezón haciéndome retorcerme y reir
- nos vemos, me dijo.
- si, cuando quieras, le respondí sonriendo

7 comentarios:

Dina dijo...

Niña, me ha encantado... vamos como que lo he vivido y to, jajaja.
La intimidad con una pareja estable tiene su punto pero... estos "aqui te pillo aqui te mato" tiene un puntazo que te cagas, sobre todo cuando todo sale a pedir de boca...
Me alegro por ti y por ese momentazo... oleoleyole

Ana dijo...

¡¡¡me encantan tus cuentos¡¡¡

Anónimo dijo...

Y después te caíste de la cama, no?

Anónimo dijo...

No, se desperto.

Anónimo dijo...

Pues como no vivas en Canarias, no ha hecho dias de estar con el culo al aire en una azotea, a - muchos grados.

Anónimo dijo...

¿Qué parte de la etiqueta "cuento" no habéis entendido?.

Me he visto muy identificado. Antes, por mi trabajo, iba por muchas azoteas, me pasaba lo mismo que a ti con la ciudad.

Y a lo sumo, de mayo a julio, me encontraba alguna vecina tomando el sol...

escorts madrid dijo...

Buenooo, que excitante y bonito. Pero con el frio que esta haciendo estos dias ya me hago una idea del calor que teniais por dentro.Este tipo de polvos son los que quedan para el recuerdo. Enhorabuena.