27.3.06

27 grados

Ayer empezó el año, hasta ayer no vivía, sobrevivía ahogada en un mar de lana, bufandas y jerseys, pero ayer el cielo era azul, el aire limpio, el Sol brillaba y en mi paseo dominical los termómetros subieron bruscamente, absorta en mis pensamientos me quité la chaqueta y sin previo aviso, sin tiempo para reaccionar, el año comenzó, ocurrió en el momento exacto en el que mi pelo rozó con la espalda desnuda y toda mi piel reaccionó en forma de escalofrío que culebreó desde la base del cráneo hasta la planta de los pies dejándome sin respiración y lista para cualquier cosa.
Por fin es primavera y todo puede ocurrir.

2 comentarios:

Anyeloso dijo...

Después de la hibernación siento no tener el pelo largo para que roce mi espalda desnuda y sentir esas sensaciones que describes. Efectivamente comparto que el sol y más aun diría el cielo azul reanima y agudiza la sensibilidad. Siendo esto así, supone un arma de doble filo, uno se siente más animoso, pero también más vulnerable; más eufórico, pero también más depresivo. La primavera me produce una turbulencia que no estoy seguro me sea agradable, diría que no es mi estación preferida, aunque en su inicio la acojo con ilusión. Luego, empiezo a estornudar, a sentirme más nervioso de lo normal y hecho de menos la certeza fría del invierno y ese placer tonto de arroparse hasta arriba en la cama o de sentirse vivo cuando el aire gélido acaricia tu cara.
Sobre gustos no hay nada escrito, así que disfrutad aquellos que tomáis la primavera como el despertar, el florecimiento, la vida.

Txabi Beroitz dijo...

Bienvenida a mi bitácora y gracias por tu comentario.

Soy también animal de sol. Vivo medio invierno recordando el veranoanterior y la otra mitad panificando als próximas vacaiones, siempre pensando en una playa y una época poco concurridas.

En esta ciudad nuestra no existen los intermedios, así que disfrutaremos de estos días de calor que aún no es asfixiante.

Un beso

http://blogs.ya.com/alduntza2