2.5.06

DOS LAGRIMAS

Al final la presión ganó y pasando el meridiano de Greenwich, dos lágrimas rodaron por mis mejillas, dos lágrimas calientes, enormes, una por cada ojo, una por mi y otra por él, demostrándome, una vez más, que estoy presa en su tela de araña.

Cuando la segunda saltó sin paracaídas desde el hueso de mi mandíbula hasta la bronceada piel del escote miré al cielo, y vi pasar la estela de su avión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa tela de araña es tu prisión, pero también es tu vida. Yo nunca renunciaría a lo que me hace levantarme cada mañana.Aunque la humanidad entera y la lógica me lo dijeran.

Ysbrand dijo...

QUÉ BONITO!