2.8.08

ESO DECÍA YO

Escrito por Pere Estupinyà

Serotonina, oxitocina, y el amor engañoso


Si esa noche, por lo que sea, tus niveles de testosterona se encuentran más elevados de lo normal, tu apetito sexual se verá incrementado. Seguro que estarás más predispuest@ a encontrar alguna aventura amorosa. Pero si no tienes éxito tranquil@ que no te vas a quedar ansios@. La testosterona sube y baja rápidamente sin mayores repercusiones, y al día siguiente todo empieza de cero otra vez.En caso de que sí hayas tenido sexo satisfactorio con alguien, habrás notado el subidón de la dopamina, la hormona del placer. Si realmente ha sido bueno te habrá gustado tanto que querrás repetirlo a casi toda costa. ¡Pero que la dopamina no te engañe! en el fondo a ella le da igual si vuelves con la misma pareja o no; incluso te permite sentirte enamorad@ de dos personas a la vez. De acuerdo, de acuerdo… si ha estado tan bien, quizás hayan bajado un poco los niveles de serotonina, te sentirás desorientad@ y pensarás que esa persona es especial, tiene “algo”. Empezarás a enamorarte.


Quizás tras varios chutes de dopamina notes cierta sensación de adicción. Puedes relajarte y disfrutarlo tranquil@, en este estadio la testosterona y la dopamina no forman parte relevante de la historia. Desdecirse no sería traumático todavía. Lo serio de verdad llega cuando la oxitocina aparece en escena. Tu cerebro la segrega a grandes cantidades en cada orgasmo, y es la responsable del sentimiento de apego, de unirte definitivamente a tu nuev@ compañer@. Si hubiera una hormona del amor, esta sería la oxitocina. Cuando estáis juntos os reduce el estrés, el miedo, aumenta la confianza, la generosidad, la sensación de bienestar en cada abrazo… es la esencia química del afecto. Y lo más importante: hace que te sientas feliz cuando observas a tu pareja feliz. Su satisfacción pasa a ser más importante que la tuya propia. Ahora sí que puedes decir honestamente “te quiero”, en lugar del “te deseo” propio de la etapa dominada por la dopamina.


De todas formas no te confíes. Asegúrate de mantener los niveles de oxitocina altos a base de orgasmos, porque si no, pueden ir decreciendo hasta perder el apego. Si esto os ocurriera a los dos a la vez, tampoco sería tan grave. La tristeza de la separación daría paso rápidamente a una sensación de alivio. Lo peligroso, desdichado, insano, funesto, devastador…, es cuando por cualquiera de los miles motivos diferentes que existen, la relación se rompe cuando los niveles de oxitocina están al máximo. Entonces la química cerebral se vuelve loca. La serotonina baja por los suelos: te deprime, te desespera, pierdes la cordura, dudas constantemente de lo correcto e incorrecto, aparece la ansiedad, la obsesión…


Te separas y de repente tus neuronas encargadas del placer ya no segregan nada de dopamina. Notas un síndrome de abstinencia brutal. Tu cerebro pide a gritos sinápticos volverle a ver. No deberías hacerlo; es un suicidio hormonalmente hablando. Recaerás como el alcohólico que en el momento de más debilidad piensa “será sólo una copa”. Dale tiempo a tu química cerebral para que restablezca sus niveles normales. Además, allí ya no hay amor verdadero ni nada. Bueno, quizás sí lo hay, pero queda ofuscado por el deseo egoísta de sentirte mejor, de aliviar tu propio sufrimiento. En esos momentos no estás pensando en qué es lo mejor para él o ella.“Quiero continuar siento tu amig@” puede decir el que haya salido más ileso de la desdichada ruptura. Científicamente absurdo. Es como si pretendes curar al alcohólico de antes diciéndole: “Debes dejar de beber. Pero puedes continuar yendo a los mismos bares, no hace falta que tires las botellas de tu casa, y dale un inocente beso al vino cada cierto tiempo”. Los neurocientíficos expertos en adicción saben que eso no lleva a ningún sitio. Si les hiciéramos caso, la terapia del desamor incluiría borrar teléfonos, mails, y tirar fotos a la basura, por muy doloroso que sea.


La neurociencia dice que esto es muy por encima lo que le ocurre a un cerebro enamorado. Nunca lo aceptaríamos como justificación de nuestra situación individual, porque hay demasiadas excepciones y casos particulares que se escapan a la lógica química. Pero de todas formas nos lo creemos. No molesta en absoluto que la ciencia nos de su versión acerca de qué pasa. Lo patético llega cuando pretende averiguar el por qué pasa

6 comentarios:

Anónimo dijo...

no dudo que sea verdad pero...
que todo ese cúmulo de sentimientos, esa tormenta de sensaciones que se desatan cuando una relación se acaba sea consecuencia de desajustes químicos y hormonales, me resulta demasiado práctico.
Si lago me resulta antitético es el amor y lo científico.
por Dios! donde este una buena llorera que se quite todo.

Raquel dijo...

Yo siempre he creído que el sistema endocrino domina nuestras vidas hasta un punto que da miedo.

Si pienso en las locuras que he hecho alguna vez por amor y las que he hecho con par de copas de más, te aseguro que las primeras son mucho más temerarias.

La pena es que el hecho de saberlo no implica que una sea capaz de dominarlo.

De todos modos, mucho ánimo.

Un beso.

Blas dijo...

Bien Prima veo que te acercas a la parte científica, de momento sabemos algo "del que y como" cuando sepamos un poco mas podremos hacer pastillas para el mono.

De momento distraete un poquito y en lugar de encerrarte, ábrete un poquito que te ayudará a desintoxicarte.

Pimkie dijo...

Por alguna razón, me ha venido a la cabeza aquélla canción de Revólver:

Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida,
y es que no hay droga más dura
que el roce de tu piel,
y es que no hay nada mejor
que sentir tu calor
corriendo por mis venas,
y es que no hay nada mejor
que el roce de tu piel...

Anónimo dijo...

Prima, menos mal que no has llegado al coito con el Sibarita! Según este post no sé cómo estarías... Me gustó muchísimo enterarme de esta parte científica del amor, siempre una busca respuestas a este sentimiento que nos cala tan hondo. Ánimo!

Anónimo dijo...

Muy buen artículo,
además la oxitocina incrementa la confianza en las personas, así que no es de extrañar que tengas una fe ciega en el "donador de orgasmos" o como se le llame, jeje...

la verdad es que a mis alumnos ya les expliqué el por qué el amor es ciego...
aquí hay un resumen del artículo, por si interesa..

http://putobiologo.wordpress.com/2007/11/16/el-amor-es-ciego/


Y la verdad, aunque nos pese, somos animales y las hormonas y neurotransmisores juegan un papel importante..
Ah, con los topillos se ha visto que se puede hacer que sean monógamos o polígamos jugando con los niveles de oxitocina y otra hormona/neurotransmisor, vasopresina...

Ahí lo dejo