16.9.11

ELEGIR

Siempre he sido muy aficionada a la ciencia ficcion, me encanta leer historias, bueno, me encanta leerlas, escucharlas, verlas en la tele, lo que sea, pero que la historia sea buena. Y de vez en cuando me monto las mías en la cabeza
una de mis favoritas durante casi toda la adolescencia era vivir en un mundo en el que una especie de superordenador elegía pareja por nosotros, era algo así como que nos metíamos en una especie de cabina de teléfonos, nos conectábamos a unos electrodos, pasábamos unos test y nos salía el nombre de la persona adecuada, y a comer perdices
por favor, tened misericordia, que esta historia aparecio en mi cabeza cuando tenía unos doce años, no seáis demasiado crueles.
El caso es que, treinta años después empiezo a pensar que es una suerte que las cosas no funcionen así, porque vale que se pasa mal, vale que una se equivoca miles de veces, y que te pegas la vida ilusionándote y desencantándote pero...... esa es la gracia, no? Desde luego, no lamento ni uno solo de mis intentos, no borraría ni una sola de las relaciones, intentos, rollos y desengaños, a mis alumnos les digo que se aprende equivocándose, y lo digo en serio, de los aciertos ni te enteras, el reto está en la superación, y eso es lo divertido.
Y a mi me gusta la diversión.

12 comentarios:

Susana dijo...

Estaría bien si todo fuera diversión y no tuvieras también disgustos. Pero, si a tí te compensa, eso es lo importante.

Poliwhirl dijo...

Creer en el amor romántico es como creer en Dios: no existe realmente, así que tenemos que hacer un esfuerzo mental y negar las evidencias para poder encajarlo en nuestras vidas.

Es cuestión de querer creer.

Siguiendo esa lógica, cualquiera podría ser nuestra pareja perfecta. O nadie. Depende de cómo hemos decidido verlo.

Susana dijo...

Poliwhirl. Yo creo en Dios y en amor romántico. Llevo veintitres años casada.

Poliwhirl dijo...

No es malo creer en Dios o en el amor romántico, Susana. Es tu elección personal.

Simplemente exige un esfuerzo mental constante de negar toda la evidencia en contra.

Por eso se organizan grandes grupos de creyentes, para darse el apoyo necesario, tanto en las religiones como en el amor: nos bombardean desde que nacemos (sobre todo a las niñas) con la idea de que existe una persona perfecta para nosotros y que seremos felices para siempre.

No hay que ser muy observador para darse cuenta de que no es así: una relación exige un esfuerzo y la voluntad por ambas partes de que vaya bien. Sin esa voluntad de creer, la mayoría de las relaciones se van al pique, tanto si se separan como si no.

Querer creer en las cosas es una actitud tan válida como cualquier otra que no haga daño a los demás.

El problema sólo existe cuando uno intenta imponer sus creencias a otros. Lo de siempre.

Susana dijo...

Tú has afirmado que Dios no existe. Eso es una imposición. Yo sólo doy mi opinión personal.

Poliwhirl dijo...

Afirmar algo es una imposición?

Y si digo que el número 13 es un número primo? También es una imposición?

Tú en tu blog afirmas por activa y pasiva que Dios existe. Eso es una imposición también?

Porque yo lo leo, lo valoro, lo desecho y punto.

Otra cosa sería que obligaran a los niños pequeños a estudiarlo como si fuera verdad, por ejemplo.

Eso sí sería una imposición. No?

Susana dijo...

Que el 13 es primo es algo indudable. Yo no afirmo que Dios existe, sino que yo creo en ello. En cuanto a la clase de religión, es optativa. No se puede obligar a nadie a creer. Es imposible.

Amaranta dijo...

Susano lo que yo creo que se te escapa, y te lo digo yo que también creo que dios exista, es que si su existencia fuera "comprobable" no haría falta creer. Por eso Poliwhirl acertadamente compara dicha frace con el hecho de creer en el amor romántico. Al final a las mujeres no nos queda nada más que creer en el amor romántico porque éste no es tan real como nos lo han pintado y oye tener esa ilusión siempre que no te lleve a destrozar tus relaciones de pareja, le pone su salsa.

Precisamente los que lleváis mucho tiempo casados sabéis que el matrimonio no se alimenta del amor romántico, sino del AMOR con mayúsculas, sí de ese amor que va mucho más allá del romanticismo y que se basa en el compromiso, en el compañerismo, en los objetivos comunes y en una institución superior a la pareja, que no es otra que la familia.

Poliwhirl dijo...

Pues, tampoco creo en la familia como institución superior a la pareja, así que parece que no nos vamos a poner de acuerdo en nada. :D

Creo que cada persona es un individuo que crea vínculos, si quiere, con otras personas.
Cuanto más honesta y buena es esa persona con las personas con las que escoge relacionarse, más felices será todo el mundo.

Una familia tradicional puede ser feliz y sana, o por lo contrario, mezquina, materialista e hipócrita. La composición de la familia no es ninguna garantía.

La mía por ejemplo era una familia ultracatólica, pero de puertas para adentro no había ni respeto ni amor ni cariño. Eso sí, mucha misa y sermoneo.

Por otro lado, mi amigo putero P. afirma cuando va a los puticlubs que suele ser el único soltero.

Por este tipo de cosas pienso que los católicos cerrados viven en una especie de burbuja donde hacen grandes esfuerzos para negar la realidad.


PD. Susana, en muchos lugares del mundo se sigue obligando a la gente a decir que cree en el dios de turno obligatorio.

En Europa tenemos la inmensa suerte de que ya no se persigue a los "infieles". Pero al tiempo, que los fanatismos vuelven.

Amaranta dijo...

Poliwhirl perdoname que te diga pero que tú creas o no creas en la familia es intrascendente, porque la familia existe. Y cuadno se constituye una familia, su núcleo, que no es otro que una pareja, deja de tener tanta importancia, porque priman otros intereses por así llamarlos. Es este el motivo por el que algunas parejas se separan, porque no logran superar esta adaptación, a todos luces necesaria cuando los componentes de dicho núcleo pasan de dos.

Cuando digo que la familia es un estado superior al de la pareja, no estoy hablando de bondad o maldad, que los ateos sois más moralistas que los creyentes a la postre. Estoy hablando que en una familia lo que tiene importancia no es su núcleo, la pareja, sino que son otras cosas sin las cuales la familia no subsistirá.

El que los padres sea más o menos cariñosos o que los hijos perciban más o menos el amor que se les tiene, no es tan importante, como que esas dos personas se responsabilicen de la seguridad, de la estabilidad, de la economía, de la formación, de la alimentación, de imprimir valores de esas nuevas personas de las que son responsables.

En todo caso el que haya gente que lo haga mejor o peor también depende de la calidad humana de cada cual y de lo preparado que haya salido de su núcleo familiar.

Y esto es una institución real, que existe, que está creada por la sociedad y en la que todos hemos crecido, así que no creo que sea necesario que creamos en ella o no. Tú la puedes elegir como modelo de tu forma de vida, desecharla, forma una, o quedarte sola con tu pareja y pasar de formalismos, pero existir existe y todos la conocemos.

Poliwhirl dijo...

Hay que matizar que la palabra "creer" tiene distintas definiciones: pongamos que la de creer en Dios sería la de "pensar que algo existe", y la de "creer en la familia" sería la de "pensar que algo funciona o que tiene éxito".

Me parece primordial que la familia dé cariño. Lo de proteger, alimentar y educar me parecen contenidos mínimos.

Si las personas que te crían no te enseñan a querer a los demás, por muy bien alimentado, educado, formado y protegido que estés, MALO.

También podríamos entrar en que la INSTITUCIÓN de la familia responde a necesidades y patrones económicos que han cambiado, y por tanto la misma institución debería cambiar.

O a lo mejor estamos discutiendo para nada.

Yo soy una madre separada (aunque nunca casada) que vivo sola con mi hija. Si eso lo englobas en la institución de la familia, en el fondo no tenemos grandes diferencias de opinión.


(Perdona lo mal redactado que está esto: entro a trabajar de aquí un rato)

Anónimo dijo...

Faltaría más Poliwhirl que alguien pudiese considerar que tú y tu hija no formáis una familia, leñe ahí están las viudas que tienen la misma estructura.

En definitiva ocuparse de la educación, alimentación, formación e imprimación de valores a un ser que depende de ti es un acto de amor, porque sólo por amor podemos llegar a tal grado de sacrificio. La cuestión es que no todos tenemos la misma manera de manifestar amor, no por más besar o porque abracemos con más asiduidad hemos de suponer que se está haciendo la tarea mejor. Yo creo que no.

Obras son amores ....

Amaranta