8.11.11

INTENCIONES


He estado chateando con el calvito….unas 6 horas, interrupción arriba, interrupción abajo, me he reído como una loca, me he excitado, me he puesto seria, he bromeado, le he hecho alguna confidencia, he cotilleado, le he picado, me he picado…….
Es divertido, y muy listo, emocionalmente listo
Pero no se nada de el, y no se lo que quiere, y no se lo que quiero yo.
Así que dejaré que ponga él el ritmo, voy a dejarme llevar y a disfrutar, me ha dicho que su papel es el del duro que espera en el rincón y el mío el de la gatita ronroneante, vale, me gusta el plan
Bueno, no quería escribir sobre esto… se me ha ido el santo al cielo, yo quería escribir sobre escudos, defensas, mentiras, cuando decimos una cosa pero en realidad pensamos la otra pero no la decimos porque creemos que queremos lo que decimos pero….. jajajaja, de eso quería hablar, de ese lío mental con el que andamos por la vida
El otro día Marina hablaba de lo fácil que sería ir por la vida con pulseras de colores, verde disponible, rojo ocupado, naranja precaución…. Pero el problema es que ni uno mismo sabe de que color está, porque el corazón dice un color, la cabeza otro, el cuerpo otro…. Y eso si cada una de esas partes por lo menos es coherente, que lo normal es que por la mañana piense una cosa y por la noche con un par de cubatas y un buen plan, haya cambiado de idea para volver a cambiar al día siguiente. Es difícil
Y luego viene cuando si que sabes lo que quieres, por ejemplo, yo claro que quiero una relación, no me mola nada ir de flor en flor, y desde luego no estoy dispuesta a compartir a mi chico, pero tampoco quiero decirlo porque se que probablemente me cansaré enseguida, y no quiero crear falsas esperanzas, y además no quiero que el otro crea que estoy buscando un compañero para el geriátrico, porque ni de coña, no quiero retirarme todavía, y además se que, en cuanto estoy un par de meses con uno, si se me pone un chulapo con la suficiente seguridad delante, soy perfectamente capaz de caer, y odio que me echen en cara lo que dije, porque lo dije en serio, pero las cosas cambian.
Mentimos todos, sin darnos cuenta, pero mentimos, entre que lo que decimos no es exactamente lo que pensamos-sentimos y que luego no controlamos como lo interpreta el de enfrente, y mucho menos por cuanto tiempo es válido…. Al final todos acaba siendo una mentira.Igual es tan sencillo como asumir que las palabras no son contratos, que lo que se dice es válido con un límite temporal bastante corto, unas horas, unos días…. Pero que acaba caducando.
igual esa gente que anda todo el rato pidiendo que les refuercen, que les digan que les quieres, que estas ahí… igual son ellos los que tienen razón, los sabios, los que han entendido que cada día es una hoja en blanco y que puede pasar cualquier cosa

6 comentarios:

Unknown dijo...

Hombre... tanto como mentir, yo creo que cambiamos de estado: arriba, abajo, ahora que ya tengo de esto, me gustaría probar de esto otro. Mentir es algo que dices con plena conciencia sabiendo que no corresponde a la verdad. Si dices lo que sientes en ese mismo momento y lo sientes de verdad no mientes.

En este sentido los "contractuales verbales" somos nosotros, y muchos rebotes nos los pillamos mal pillados por eso mismo, porque muchos no hemos sabido interpretar la TEMPORALIDAD, O LA CADUCIDAD DE LAS EMOCIONES o de los deseos en la mujer. Al final ¿cómo se aprende? Pues a base de leches mujer tras mujer. Por eso cuando escuchas a una, tienes que saber que lo que te dice puede ser totalmente cierto ¡claro que sí! PERO EN ESE MISMO MOMENTO ¿para que dudarlo? Si está contigo es porque quiere. Pero ¿mañana? ¿quién sabe si estaremos presentes mañana?

Me ha gustado, gracias

PRIMAVERITIS dijo...

jajajaja!!! sabía que ibais a reaccionar al concepto mentir, vale, en ese momento no es una mentira pero... verdad verdadera tampoco ;)
y Arcangel, nosotras opinamos exactamente lo mismo de vosotros, que solo se os puede creer en el momento, y que al día siguiente, (o después del polvo)... cualquiera sabe
vamos, lo de siempre, en cuestión de relaciones, lo que vale para un sexo vale para el otro, no somos tan distintos.

Anónimo dijo...

Lo que sí podemos saber al cabo del tiempo y aquí entra el grado de madurez que cada cual tenga es cuál es la temporalidad de tus sentimientos y cuál el grado de compromiso que sueles tener con los demás. De lo que nunca tendremos mucha idea es sobre la temporalidad de los sentimientos ajenos y sobre el grado de compromiso del projimo.

Con lo cual un veleta, que ya debe saber veleta, sí es consciente de sus mentiras y aún así las dice porque él va a lo suyo sin más. Así que a las edades que rondamos los que no tienen ni puta idea de lo que quieren ni nunca lo han tenido no pueden escocerse porque se les llame mentirosos y eso no tiene nada que ver con que el otro crea en esa especie de contractualidad verbal. Porque nada tiene que ver.

Otra cosa es que todos sepamos que hay gente muy inconsciente de todas todas, y claro para estos no rigen las mentiras jajajajaj, hay que aprender idiomas, sobre todo el verbal, la cantidad de cosas que nos dicen el careto de la gente y la mayoría lo pasamos por alto. Bueno yo ni de coña....jajajaja. Y eso no me hace incrédula, sino todo lo contrario creo a pies juntillos en todo aquello que veo y observo, así es difícil que yo pueda sufrir por la contractualidad de los sentimientos de esos inconscientes...jajajaa.

Amaranta

Unknown dijo...

Prima, ya está subido, espero que te guste:

http://www.personalidadyrelaciones.com/2011/11/el-discurso-lacrimogeno-quieres.html

Gracias por "la licencia", el propio concepto lo pedía a gritos.

Susana dijo...

Eres un poco contradictoria. Dices que no te gusta ir de flor en flor pero eso eso lo que haces. Espero que algún día te decidas. Un beso.

PRIMAVERITIS dijo...

susana, el dia que encuentre a alguien con quien encaje, ahí me quedaré, mientras tanto, no necesito a ninguno en mi vida
creo que ya lo he dicho alguna vez, igual vosotras teneis una bola mágica para saber quién es el que da la talla, pero yo necesito probar, y por ahora, o no la dan ellos, o no la doy yo, pero hay que seguir jugando.