18.4.06

DESPERTAR

Cuando me desperté lo primero que pensé es que me había tocado la lotería, era la única explicación para la sensación de felicidad que sentía expandirse por mi cuerpo, desde el centro del estómago, subiendo en oleadas por el pecho y la garganta, amasando mis brazos hasta la punta de los dedos, bajando por mi espalda, obligándome a arquearme y a estirar las piernas para liberar la tensión, forzando mi labios en una sonrisa estúpida mientras frotaba la cara contra la suave tela de la almohada.

De hecho fue esa reflexión, la de la sonrisa estúpida la que me hizo girar la cabeza, mis amigas siempre reconocen esa sonrisita tonta de felicidad y saben darle el nombre adecuado, y si, efectivamente, ahí estaba él, durmiendo plácidamente a mi lado.

Procurando no hacer ningún gesto que rompiera la magia del momento fui haciendo inventario del escenario, la luz derramándose por la ventana que se había quedado abierta, el lejano sonido del mar, las sábanas recién lavadas que olían a jabón y a besos, su montón de ropa cuidadosamente arrebullado encima de la enorme mochila negra con la que lleva viajando desde que lo conocí, el regusto a vino en mi boca, y su cara, reposando en mi dirección y todavía dormida, con esa respiración suave y una media sonrisa que me atraía como un imán

No pude pensar mucho más porque, como de costumbre, pareció intuir mi mirada y se despertó justo a tiempo de cazar mi expresión de adoración,

- hola, dijo mientras me sonreía
- hola, le respondí mientras mi sonrisa amenazaba con llegar hasta las orejas. Creo que es lo que más me gusta de él, que se despierta a la vez que yo, y de buen humor, nada que ver con mi malhumorado y amodorrado marido.

Luego él alargó un brazo para capturarme y pegarme a su piel. Mientras nuestras piernas se enredaban chocando hueso con hueso y yo hundía la nariz en su axila para ahogarme en su olor sentí que nunca iba a poder olvidar esa mañana. Para bien o para mal estaba enganchada a una droga muy dura.

4 comentarios:

Lúzbel Guerrero dijo...

¡Qué bonito prima, me muero por un despertar así!

Lunarroja dijo...

Durísima sí, pero fascinante, reconstituyente... Una maravilla!!!!!

Blackberry dijo...

Qué bonito...
Por cierto, la comparación de "esa" sensación con una droga es muy acertada... y el síndrome de abstinencia, tremendo!

Canichu, el espía del bar dijo...

me alegro por ti