PERO A ELLA SEGURO QUE LE VIENE BIEN
Hay un concepto de psicología que me mola cantidad, es la “disonancia
cognitiva” es de esas cosas que vivías tan tranquila antes de conocerla, pero
una vez que te la presentan formalmente te la encuentras a todas horas
La idea es algo así como que a nuestro cerebro le gusta la
coherencia y hará las trampas que sean necesarias para mantenerla. Nuestro
cerebro es un jugador bastante sucio y tramposo.
Por ejemplo, opinas
de ti misma que eres alguien ecologista y responsable, así que reciclas
cuidadosamente la basura. Cada vez que echas una bolsa de envases en su
contenedor tu cerebro te da palmaditas en el hombro y os sentís estupendamente; lo malo es el día en que, por lo que sea, no reciclas. Ahí tu cerebro empieza a dar
la lata; porque claro, deberías asumir que estás haciendo algo que va en contra
de tus principios pero….. Ah No!! Yo no soy así… y empiezas a montarte
películas, que si en realidad luego lo mezclan todo en el basurero, que si es
que es imposible porque no te daba tiempo, que si…. Lo que sea, pero tu cerebro
se vuelve loco para conseguir que tus ideas sobre como eres cuadren con el
comportamiento, vamos, que no consigue reunir dos conceptos contradictorios a
la vez tipo “reciclo siempre pero ahora no reciclo”. Buffff cortocircuito.
Normalmente yo tengo una cierta tolerancia a la disonancia,
o sea, que me doy permiso para ser contradictoria, me cuesta, mi cerebro se
revuelve como el de todos, pero mas o menos lo controlo, se que es un efecto automático
y no le doy mas vueltas. Normalmente. Pero esta mañana me he estado peleando
horas con mi disonancia
Por un día en vez de ir en bici he tenido que coger el coche
Esperando en el semáforo, una mujer estaba pidiendo y, por
alguna razón que no voy a investigar que bastantes problemas me ha dado el
impulso, he bajado la ventanilla y le he dado una moneda
ZASSSSS!!!! Mi cerebro ha empezado a bailar la conga.
-
¿Por qué le
has dado? ¿pero no habíamos quedado en que ya hay recursos sociales? ¿y eso de
que dar dinero fomenta la mendicidad? ¿ahora empezamos a dar directamente al
que pida? A ver, aclárate…..
Lo malo de verdad ha empezado cuando, a los pocos minutos, me he cruzado con el
siguiente mendigo y esta vez no he abierto el monedero
-
Eh! Tu! ¡Y
ahora que!!! ¿Por que a la de antes si y a este no? ¿Qué pasa, que solo a las
mujeres? ¿y entonces a la siguiente por que no? A ver, dame una explicación YA
o te tengo todo el día dándole vueltas….
Vale, todo el día con los mendigos en la cabeza.
Al final he llegado a una especie de acuerdo con mi cerebro,
ok, soy incoherente, ok, debería dar dinero a una institución en vez de ceder
al chantaje callejero, ok, está mal la limosna, pero... a quien le toca mi
arranque de generosidad seguro que le viene bien y, sobre todo, no nos vamos a
poner de acuerdo porque no hay una explicación lógica y sensata así que lo
soltamos en el blog y me dejas en paz, vale?
Vale? ¿Disonancia cognitiva plomo? ¿vale? Por favor..
cállate….. por… fa… vor….
Jo…. Si lo se, no le doy a la primera.
3 comentarios:
Es difícil resistirse. Yo también pienso que no le voy a dar a nadie y al final doy a uno y a los demás no, porque ya es demasiado. No te sientas culpable por eso. Un beso.
Me has recordado a una historia que escuché una vez en una charla. El tipo contaba que le había dicho a una mendiga que cambiara su cartel y escribiera: "La próxima vez que vayas a darle a alguien, acuérdate de mí". El cartel aprovechaba la idea de que no podemos darle a todo el mundo.
A mí me fascina el concepto de disonancia congnitiva y los mecanismos que usamos para reducirla. O, como dice mi padre: las excusas, que son como el culo, porque todo el mundo tiene una.
Un abrazo!!
tal cual, me hiciste reir mucho
la disonancia cognitiva y yo, o como bucarle la vueltas a q no soy como creo ni como quisiera ser o creo q soy o loarghflighl,uhgvl.z (me acaban de internar)
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